Isaias Alfonso Pascual el viejito que esculpía la madera
Isaias Alfonso Pascual el viejito que esculpía la madera
Tal día como hoy, 9 de octubre, pero de 1998, hace justo 23 años, fallecía nuestro vecino Isaias Alfonso Pascual. Muchos lo recordarán, incluso tendrán algún recuerdo suyo, otros muchos no sabrán quién es, ni siquiera habrán oído hablar de él, por eso voy a contar esta pequeña historia sobre Isaias, un anciano que vivió pocos años en nuestro pueblo, pero que se hizo mucho de querer por la gente que le rodeaba.
Nacio el 1 de diciembre de 1911, en un pequeño pueblo situado en el suroeste zamorano, pegado a Portugal, llamado Torregamones.
Siendo muy niño cogió el sarampión, y ésto le afectó de manera particular en los oídos, dejándole prácticamente sordo.
Ese hecho repercutió a la hora de conseguir aprender a hablar correctamente.
Estas dos secuelas le acompañarían el resto de su vida.
Poco a poco aprendió a leer los labios y pudo llegar a defenderse ante cualquier situación.
De joven se dedicó a cuidar el ganado y a la agricultura.
Poco más tarde, su cuñado le llevó a trabajar en la talla de madera y empezó a dedicarse a la fabricación de cubas de vino, aunque su gran pasión siempre fue hacer tallas pequeñas de madera como arados, carros, sillas, karrakas, utensilios de cocina…
Un día en el trabajo tuvo un fatal accidente,Una de las cubas le cayó en la pierna dejándolo cojo.
El 6 de febrero de 1944 se casó con María Villar y fruto de aquel matrimonio nacieron dos niños llamados Concepción (Conchi) y Santiago.
Pasaron los años y sus hijos, como mucha gente en aquella época, emigraron buscando un futuro mejor y terminaron asentándose en nuestro pueblo.
Isaías y Maria se quedaron en Torregamones hasta el año 1991, que a María le dio una trombosis.
Aquello cambió el rumbo de los acontecimientos.
Debido a la avanzada edad, Isaías contaba con 79 años, a la enfermedad de ella, y a la imposibilidad de valerse por ellos mismos, decidieron venir a Santurtzi a vivir con su hija Conchi.
Estando en Santurtzi, a Isaías no se le había pasado la pasión por tallar la madera.
En una esquina de la calle Cuesta de Las Viñas, donde residía con su hija, construyó una especie de chabola que utilizaba como taller, para tallar la madera.
De vez en cuando también cortaba el pelo a navaja a los vecinos del barrio.
La gente empezó a pasar por esa calle y a fijarse en aquel ancianito, que estaba debajo de aquella tejavana, que trabajaba la madera, que estaba sordo, que hablaba raro y que cojeaba, pero que desbordaba una simpatía que llamaba la atención.
En sólo 5 años viviendo en nuestro pueblo se hizo muy querido, a la vez que popular, hasta el punto que en el año 1996, cuando contaba con 85 años de edad, el periódico de Santurtzi le hizo una entrevista llenando una de sus páginas.
La gente llegaba de todas las partes del pueblo para comprarle una cuchara, un arado, o simplemente para visitarle y hacerle un poco de compañía.
Isaías Alfonso Pascual, aquel viejecillo tan querido y simpático, que nos hacía sonreír a todos en aquella época, fallecía tal día como el de hoy, 9 de octubre, pero de 1998, a la edad de 87 años.
Hay que tener algo especial para que una persona que estuvo solamente 7 años conviviendo con nosotros, fuera tan querida y recordada, e Isaías sin duda lo tenía.
Tengo tres tallas de madera que me regaló su familia, un arado, un cazo y una cuchara, hechas por el propio Isaías. Tres trozos de historia que guardaré siempre con mucho cariño
FcJavi PE
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